La Fundación Botánica y Zoológica de Barranquilla, organización sin ánimo de lucro que administra el Zoo desde hace 24 años, ha creado  una campaña para recaudar fondos para llevar el elefante del Zoo de Barranquilla al dentista.

A través de la plataforma de donaciones La Vaquinha, los amantes de los animales y amigos del Zoo puedan dar su aporte a esta gran causa (lavaquinha.com/elefantealdentista). 

El procedimiento se llevará a cabo el 11 de noviembre del presente año con la colaboración de los mismos especialistas internacionales que participaron en la primera cirugía dental en 2012, cuando presentó una infección en su colmillo izquierdo, que fue tratada y controlada por el personal médico del Zoológico con el apoyo de dos veterinarios extranjeros, Carlos Sánchez, Director de Servicios Veterinarios de Fort Worth Zoo (Texas, Estados Unidos) y el dentista veterinario Barron Hall, consultor del National Zoo (Washington, DC).

Pese a los riesgos que conlleva toda cirugía, el procedimiento fue un éxito, no solo porque la infección fue controlada, sino por ser el primero de su tipo en Colombia y Latinoamérica, captando la atención de muchas personas alrededor del mundo y despertando el apoyo de diversos sectores que hicieron posible esta cirugía. Sin embargo, actualmente el animal presenta una  fractura en su otro colmillo, desencadenando una infección en el conducto del diente.

"Si bien los veterinarios y cuidadores del Zoo realizan limpiezas y tratamientos diarios en su colmillo, la mejor solución es un procedimiento dental con costos superiores a  25 millones de pesos teniendo en cuenta los equipos, medicamentos e insumos requeridos. Aunque el procedimiento es similar a tratar una caries en humanos, es necesario aplicar todos los controles para un paciente de más de cinco toneladas", indicó el ZOO en un comunicado.

Uno de los animales más representantivos del ZOO

El elefante es uno de los animales más emblemáticos del Zoológico de Barranquilla, que habita en este centro de conservación desde hace más de dos décadas.

El animal, que desde su llegada en abril de 1991, ha sido uno de los más queridos por los visitantes, llegó procedente de una finca ubicada en el Departamento del Atlántico, donde fue rescatado por la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE), que lo mantenían allí junto con otros animales víctimas del tráfico ilegal de especies. 

Aunque es imposible determinar su edad, los especialistas del Zoológico calculan que tiene más de 50 años, no en vano, múltiples generaciones de barranquilleros y visitantes de nuestra ciudad lo recuerdan durante sus recorridos en el Zoológico. Incluso, fue escogido como alcalde del Zoo en 2007, durante las ZooElecciones de este periodo.